Ayer me la pasé con un orito y una galleta todo el día. No pude almorzar por acompañarle al supermercado a mi mujer, luego ellos se fueron a comer y yo no pude encontrar almuerzos ni meriendas. Para bien o para mal mi orgullo es más fuerte que mi hambre o mis necesidades. No se en que irá a terminar esto, pero aun me siento muy molesto por las palabras que me escribió mi esposa, solo se que en este momento no quiero saber nada de ella, incluso su presencia me molesta.
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