Mi pequeñito finalmente se ganó el premio por su buen comportamiento y el viernes último le compramos los zapatos, la verdad haciendo un gran esfuerzo ya que me dejó sin dinero casi por completo, pero la felicidad de mi pequeño lo vale, anda tan emocionado que hasta duerme con los zapatos. Ojalá para el próximo año tenga más recursos para darle más cosas, claro que siempre y cuando haga méritos.
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